Desde mi punto de vista personal creo que el Erasmus, o cualquier experiencia prolongada de intercambio cultural, es algo que debería hacer todo el mundo.
El hecho de estar de repente en un país, una ciudad y una cultura diferente, que apenas conoces hace que cambie la forma de entender casi todo. Aprendes a ver las cosas de un modo mucho más abierto, y te das cuenta de que las cosas que creías objetivas son más bien prejuicios culturales.
Mi estancia en Roma ha sido muy bonita, ya que es una ciudad cosmopolita en donde es difícil aburrirse aunque el tiempo tan lluvioso complicase, también las practicas en el instituto junto con los usuarios sordos han sido geniales.
Claro está, lo más importante de todo esto es el poso que te queda después, que permanece ya para siempre como los buenos amigos que haces durante tu estancia. Algunos de la propia ciudad y otros repartidos por todo el mundo.
Iris Velandrino Gómez