Creo firmemente que la vida nos hace regalos. Son, sin duda, consecuencia de decisiones que tomamos en nuestro día a día. Este verano he tenido la fortuna de disfrutar de uno de estos regalos: un curso estructurado en  la ciudad de Corfú, capital de la homónima isla griega y capital del antiguo protectorado inglés en el Mar Jónico. Por lo tanto, mi desconocimiento del griego no fue óbice a la hora disfrutar de los encantos naturales y culturales que ofrece la isla. Este curso  (8-19 de julio, 2019) se encuadra dentro de las movilidades Ka 101 del Programa Eramus+ de nuestro  IES JUAN CARLOS I.

El curso, íntegramente en inglés, llevaba el nombre “La enseñanza del pensamiento crítico  en las clases de adolescentes y adultos jóvenes”. La institución organizadora,  ‘ANDRIOTI SCHOOL’, es una institución con premios de excelencia y una reconocida trayectoria de más de 40 años en cursos estructurados para estudiantes y profesores. Tanto su directora, Cleopatra Sofía Andrioti, que curiosamente responde al nombre de Patricia, como las profesoras y las personas de la administración demostraron estar a la altura de lo que se esperaba de ellas.

El curso constaba de cinco módulos teórico-prácticos, más el módulo de evaluación, puesta en común y presentación de los trabajos realizados por los asistentes,  exponiendo modelos de aplicación práctica de lo aprendido en los centros de origen de cada uno de los profesores asistentes.

Andrioti School también mostró su bienhacer incluyendo los aspectos culturales tanto en el marco teórico del curso, en los talleres que los asistentes participamos, y en los eventos culturales con los que nos agasajó: visitas guiadas, degustación de productos típicos de la isla o muestra y participación en bailes tradicionales. Realmente un diez en organización. La interculturalidad también estaba garantizada con la mezcla de países de origen de los profesores asistentes: Alemania, España, Lituania, Polonia…

Es fácil deducir que entre los objetivos del curso estuvieran el ayudar a los profesores a incluir y secuenciar en nuestra programación actividades que fomenten el pensamiento crítico de los alumnos, así como el identificar momentos que surgen en las clases para poder introducir “ad hoc” algunas actividades.  Por supuesto, también destacaban como objetivos el involucrar a los alumnos y ayudarles a tener un interés pro-activo en su propio aprendizaje, a desarrollar la habilidad de resolver problemas y a que se responsabilicen de su propio proceso de aprendizaje.

Para la realización del curso, como es habitual, tuve que realizar una preparación y ahora tengo el compromiso de llevar a cabo una serie de actividades que reporten un beneficio a la comunidad educativa a la cual pertenezco. Entre estas actuaciones está, lógicamente, el poner en práctica lo aprendido con mis alumnos y transmitir la información a mis compañeros para que ellos puedan también incorporarlo a su práctica docente.

Otro de mis compromisos lo estoy cumpliendo al escribir y publicar este artículo en el blog del la sección ERASMUS+ de la página web del IES JUAN CARLOS I.

¿Qué he ganado yo con este curso?

En primer lugar yo hablaría de MOTIVACIÓN. Desde fuera, el trabajo del profesor puede que se vea como algo fácil o cómodo. Puedo asegurar que no lo es. Ninguna de las dos cosas. El conseguir mantener la ilusión para que los alumnos respondan de forma efectiva y que aprendan; para  que sigan aprendiendo a pesar de las circunstancias, de lo que ya saben o de lo que jamás han podido entender en tu asignatura no es algo que se consiga de un modo inmediato. El trabajo de un profesor no siempre se ve recompensado.

En segundo lugar, en estos cursos siempre se aprenden ideas nuevas, se ve lo que ya sabes desde perspectivas nuevas, se conocen a personas de distintos países con realidades muy diferentes y la puesta en común siempre enriquece. Después de esto, es inevitable hacer parte de esto tuyo e incorporarlo en la práctica del día a día.

¿Qué ha ganado el IES JUAN CARLOS I con este curso?

Un profesor  repercute en cada uno de sus alumnos. Durante el curso que viene, pueden pasar por mis manos más de dos cientos alumnos de ESO, BACHILLERATO y CICLOS FORMATIVOS. No será fácil recordar todos los nombres, pero como cada año, cada vez que esté en clase con ellos o cada hora que dedique en casa preparando materiales para ellos, pondré energía con cada una de mis células mientras trabajo. No llegaré a todos de ellos por igual,  y, seguro, a algunos no les gustará que no me conforme si no se involucran, pero seguiré motivada a probar de otro modo si no lo consigo a la primera.  La motivación es lo que hace que un profesor no tire la toalla con ninguno de sus alumnos.

Por otro lado, es evidente que al compartir la información con los compañeros,  lo que un profesor aprende repercute en la práctica de todos los otros docentes que ven efectiva la información que se les da. Con estos cursos estructurados, un profesor viaja, pero aprenden (o se enriquecen) muchos otros profesores del mismo centro.

¿Qué gana Europa financiando Programas Erasmus+?

En primer lugar, mejorar la educación de los centros que se acogen a estos programas; pero eso no es lo más importante. En mi opinión, lo más importante que se consigue es ayudarnos a creer en la idea de Europa; en el proyecto europeo. En la idea de que la unión hace la fuerza, que en Europa cabemos todos, y que seremos más fuertes, mejores personas y más competentes en todos los aspectos si nos ayudamos y apoyamos. Si colaboramos.  Cada céntimo que se gasta en financiar estos proyectos son céntimos bien invertidos que tienen  repercusión. Esta repercusión a veces es inmediata, otras veces se necesitan años para que los efectos sean visibles para todos, pero siempre está ahí.  Eso sí, hay que tener los ojos abiertos para verlo. Y eso sí, para tener acceso a estos programas, a estos regalos que vienen de Europa, tienes que tomar la decisión de involucrarte, de creértelo y de trabajar por ellos. Te aseguro que merece la pena.

Isabel MartíIsabel Martí
Profesora de Inglés
IES JUAN CARLOS I